miércoles, 12 de junio de 2013

andanzas de viaje

Han pasado más de siete meses de andanzas por el mundo y me da la sensación de estar de viaje permanente. 
Como hoy, todos los días, me despierto en cuanto me da la luz en el cuerpo, al amanecer. Y ya no paro de hacer cosas, de sentir, de vivir en emoción pura cada momento. Me despierto con mamá porque ella es también madrugadora y jugamos a palmitas o balbuceamos juntas, mientras el papi remolonea hasta que me mira con cara somnolienta y se une al juego.
Desde hace tiempo me siento y me sostengo sola, me echo hacia adelante y me quedo en una postura de yoga (eso he oido)  hasta que me pongo a cuatro patas, a punto de gatear, me revuelco de un lado y de otro, y me río con ganas. Pronto me veo gateando, como he visto hacer a otros bebés e incluso de pie caminando. Así lo visualizo, como cuando antes me empezaron a salir los dientecillos y ahora ya tengo dos abajo y otros dos arriba y me están saliendo más. O como cuando empecé a probar las naranjas y ahora ya me meto la semola a puñados. O como empiezo a silabear: babababa, papapapa, tititititi....Pasa el tiempo y hago más cosas, crezco y me hago mayor.
Y voy conociendo nuevos lugares. El otro día fuimos de viaje a una carrera en Robleluengo, un pueblecito de la sierra del Ayllón en Guadalajara, con toda la pandilla comocabras. Esta vez papi no fue a correr y entonces nos dimos un paseo hasta el pueblo de Majaelrayo, precioso de flores y todo, lo disfruté un montón, en la mochila con mami y en brazos de papi.

Patri y Antonia de paseo hacia Majaelrayo, con el Ocejón al fondo

Nos quedamos por la noche a cenar en la plaza con toda la gente y cuando empezó el ruido del concierto nos fuimos a dormir, que hacía mucho frío. Y me estrené en una tienda de campaña, compartiendo el saco de plumas con mami. 

Despertando en la tienda

nuestra gente en la era de Roblelacasa
Y esta semana ya no he parado de viajes: todos los dias a Madrid, con mami al trabajo; al cumple de la prima Jenny y de la abuela Carmen en Móstoles; al pueblo por el del tito Javi y así volví a ver el río Guadiana y conocí a los tíos abuelos Santiago y Rosa; y de vuelta al cumple del primo Ginés. Un mogollón de jaleo y de gentes, por eso creo que los últimos dias sin cagar (menos mal que ayer ya se me han aflojado las canillas) ¿habran sido por todo este barullo? En fin, que me gusta el barullo de la gente y me emociono cuando me dicen y me ponen caras, y ya voy reconociendo muchas de ellas. Aunque también me canso y me saturo de tanto viaje. Oigo por casa que voy a parar un poco, que ya sólo para ir a acompañar a mami a trabajar. Aunque he oido que me están preparando un día y una noche campestre a dormir con los grillos cuando el día tenga más luz, a un sitio que dicen mágico, la pradera del Yelmo.

papi y yo en la tabla de la Murciana en el río Guadiana

2 comentarios:

  1. ¡Qué suerte tienes, Antonia, con tus papis! :-)

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  2. Qué emocionante, Antonia! Tan chiquita y tan aventurera!! Un besote enorme. laura

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